Esta receta me la han pasado en el gimnasio. Aquellos a los que les gusten los postres «intensos de limón», están de enhorabuena.
Ingredientes: (Para cuatro personas).
* Bizcochos de soletilla. Me gustan los del Lidl, pero poned vuestros preferidos.
* 1 bote de leche condensada pequeño.
* La misma cantidad de zumo de limón. Ponemos el zumo en la lata de leche condensada.
* 2 huevos.
* 2 cucharadas soperas de azúcar.
Preparación:
Separamos las claras de las yemas y reservamos.
Forramos el molde donde haremos nuestro pastel con los bizcochos de soletilla, cubriendo el fondo y los laterales. Yo he escogido un molde «desmoldable». Y los remojamos, con ayuda de una cuchara, con un poco con leche y ron.
Montamos las claras a punto de nieve junto con el azúcar.
En un bol mezclamos la leche condensada y el zumo de limón hasta que quede una crema homogénea. Vertemos sobre esta crema las claras a punto de nieve y mezclamos despacio con movimientos envolventes y suaves. Una vez mezclado todo ello, lo vertemos en el molde. Procurando cubrir bien los bizcochos de soletilla, incluso los de los laterales.
Ponemos la opción de gratinar en el horno, a 200ºC. Damos unos golpecitos en la encimera con el molde con el fin de que no queden burbujas, pintamos por encima con las yemas batidas y metemos al horno a gratinar, cuando este dorado retiramos y dejamos que se enfríe y metemos en el frigorífico para que cuaje bien.
Una vez cuajado y frío, este es el aspecto de nuestro pastel.
Consejo: Hacer de víspera para que se cuaje bien.